sábado, 21 de noviembre de 2009

Un hombre, su sombrero y su guitarra

Fui el pasado 18 a ver a Jason Mraz al Gran Rex. Hete aquí que la colega Judith Gómez Machado fue el día anterior y escribió la siguiente crónica que merece ser leída. Ya sé que no fueron los dos recitales iguales, pero qué más da, lo único que cambió fue el setlist y lo importante es que la susodicha supo plasmar en palabras toda la música de esa noche.

De jeans, remera blanca y descalzo: así fue como, y con una actitud más que relajada, Mraz ingresó caminando al escenario del teatro de la calle Corrientes cuando sólo habían pasado diez minutos de las 9 y media de la noche del martes. A sala llena, y con ocho músicos acompañándolo, el hombre del sombrero abrió su primer show en Buenos Aires con “Make It Mine”, de su más reciente trabajo de estudio “We Sing, We Dance, We Steal Things” (2008).

Si bien las canciones de Mraz recorren diferentes temáticas (amor, pérdidas o conflictos cotidianos) el eje de las mismas no es más que la vida de un hombre extremadamente sencillo. Alguien que, además, disfruta compartiendo sus experiencias con los demás.

Que el espectáculo no tuviera una escenografía que se destacara fue lo de menos; en este sentido, la música fue la gran protagonista de la noche. Ella y el excelente conjunto de artistas – entre los que se destacaron, por un lado, el percusionista Noel “Toca” Rivera y, por el otro, en los instrumentos de viento, Carlos Sosa, Fernando Castillo y Reggie Watkins- que acompañó al cantante (y gran guitarrista) oriundo de Virginia.


“Anything You Want”, “Coyotes” y “Love For a Child” continuaron levantando la temperatura del lugar mientras el tiempo parecía encapsulado por la tenue e incansable voz de Mraz. Asimismo, los gritos y la emoción del público eran difíciles de ignorar y hasta él mismo se mostró abrumado, en el buen sentido, por tal ovación.


Cuando llegó el momento de “Suerte” (la versión en español de “Lucky” que Mraz popularizó junto a la mexicana Ximena Sariñana) fue Fabiana Cantilo quien fugazmente lo acompañó en la interpretación del mismo sin sorprender mucho a la audiencia. Más adelante, durante “The Dynamo Of Volition”, Mraz ideó un juego con el público a base de pasos de baile y, en sólo segundos, logró que todos (desde la platea hasta el pullman y super pullman) se levantaran de sus butacas y lo siguieran al ritmo de la música.


Sin dudas, la canción más esperada de la noche, y con la que Mraz dio por terminado el primer tramo del show, fue el hit “I’m yours”. Hacia el final, la romántica melodía se fusionó casi perfectamente con el conocido himno del reggae “Everything’s Gonna Be Alright”, de Bob Marley.


Tras su despedida, en la cual se destacó el momento en que Mraz presentó a su banda tomando fotografías con su cámara polaroid, el público coreó el nombre del cantante y golpeó el piso del teatro durante casi cinco minutos hasta que produjo el regreso con los bises.


“Dear Anna”, “The Remedy” - del exitoso “Waiting For My Rocket To Come” (2002)- y “Butterfly” fueron las últimas canciones que el artista (quien logró mantener increíblemente el aliento tras casi dos horas de canciones repletas de juegos de palabras) dejó en su primera presentación. “Hasta mañana”, se despidió emocionado Mraz.

No hay comentarios.: