lunes, 8 de diciembre de 2008

"Acá quieren juntar a las mujeres como si todas conformaran un mismo género de música"

Andrea Álvarez, la baterista más popular y vanguardista del rock nacional, con una personalidad imperante, no deja que la etiqueten y admite que aún paga derecho de piso, más allá de haber tocado con grandes artistas. Lejos de ser “varonera”, su estilo acerca a las mujeres al rock.

Ya desde antes de verla, se sabe que Andrea Álvarez llegó a la sala de en
sayo. Se escucha su voz finita que tararea alguna de sus canciones mientras abre la reja. Con 15 minutos de retraso y su aspecto bien rocker, se disculpa mientras abre el cuartito donde sucede la magia. “Vengo de una prueba de sonido de un evento medio cheto que tengo esta noche. No me gusta ir pero pagan bien”, dice mientras se alivia porque la sala no está tan llena de elementos de percusión.
-¿Está siempre muy desordenado?
-Sí, lleno hasta al tope. Ahora se llevaron algunas cosas para hoy que toco con Dj Zucker. Me gusta tocar en cualquier situación, pero en esta clase de eventos no me siento tan cómoda. Por eso, me pongo los tacos pero me llevo las zapatillas así después puedo joder con mi mejor amiga, que me acompaña a todos lados.

Andrea es la baterista y percusionista más conocida de la escena del rock nacional y la única mujer en el ambiente con una carrera casi sin interrupciones. Con una impronta vanguardista, integró Rouge, la primera banda femenina de rock, junto a María Gabriela Epumer y Claudia Sinesi, y luego Viudas e Hijas, que fue la primera agrupación con perfume de mujer de gran éxito. Además, ya tiene tres discos como solista.
-¿Se facilitan las cosas al ser mujer o es todo lo contrario?

-Todos los ambientes de la música tienen mayoría masculina, sobre todo en los puestos de poder, los que dan las órdenes son varones. Igual eso lo sufrimos todos. Ser mujer es difícil, sobre todo con mi carácter fuerte. Eso sí genera problemas, le pasa a cualquiera que represente una amenaza. Siempre me costó todo un montón pero ya me acostumbré porque a la vez tiene sus privilegios. Igual, el derecho de piso lo pagás todo el tiempo.

Según dice, los productores intentan catalogarla y no saben adónde ubicar el tipo de música que hace Andrea Álvarez: “Siempre necesitan ponerte en una columna y lo real es que no tengo compañeros de columna en lo que yo hago. Acá quieren juntar a las mujeres como si todas conformaran un mismo género de música, pero a los varones nunca se les ocurrió juntarlos. A los hombres no se los reúne en una fecha de un festival sólo por serlo. A las mujeres sí. Es ahí donde se manifiesta la mente mosquito”.
Asimismo, reconoce que los argentinos en general no prefieren las mujeres que hacen rock porque “tampoco hay PJ Harveys por todos lados”. Desde su lugar, apoya a las bandas under y privilegia, cuando tiene que decidir a quién ir a ver, a las formaciones que tienen mujeres. “Voy a los recitales de todos pero no me gustan mucho las bandas íntegramente de mujeres. Las apoyo pero, en lo más íntimo, no pongo un CD cuando estoy en casa”, dice.
-¿Y vos cómo llegaste a la batería?

-Empecé a los 14 años. Desde muy chica estudié música. La batería siempre me llamó la atención por su potencia. Siempre admiré a las mujeres con potencia física y lo elegí. Me salió fácil de entrada.
-¿Fue en ese momento que descubriste el rock?
-En realidad, vengo de una familia de consumidores de música. En mi casa se escuchaba mucha música buena y mis viejos casi sin darse cuenta me marcaron un camino. Además, tengo un origen de “chica rodeada de varones”, tengo mucha afinidad con ellos y eso me acercó al rock. A los 12 años descubrí ese mundo. Ahí me di cuenta que era lo que me gustaba, fue cuando empecé a escuchar a The Beatles y más rock nacional por los hermanos de mis amigos, que me llevaban a recitales.
-¿Desde cuándo te dedicás full time a la música?
-Nunca hice otra cosa, solamente cuando viví en Estados Unidos trabajé de baby sitter. Fue la única vez que me gané la vida haciendo algo que no fuera música. Toda esa época, de los 23 a los 27 años, cuando también estudié en Nueva York, hice como un paréntesis en mi vida que me vino bien para crecer. Volví a la Argentina para ver a mi familia y me empezaron a llamar de muchas bandas.

Es que, en verdad, fue Charly García quien la convenció para que volviera y tocara con él. “Lo conocí cuando vivía en Nueva York, éramos muy amigos. Me compró mis primeros timbales, me incitó a empezar con la percusión y aprendí muy rápido. Me insistió, vine e hice unos shows con él y sinceramente no me la banqué. Demasiado descontrol, yo ya no estaba para eso”, admite ella misma.

Su regreso en 1989 sonó fuerte en el círculo del rock nacional y Andrea Álvarez tenía que elegir con quién no tocar. La querían de música invitada en numerosas bandas del momento pero se ofreció para tocar con Soda Stereo y con ellos estuvo hasta 1992. También tocó con David Lebón y, más adelante, colaboró con Memphis y Divididos, entre otros.

-¿Preferís tocar en una banda o como solista?

-Tocar de músico invitado es muy cómodo pero no sé si me lo bancaría ahora. Hago cosas esporádicas porque está en mi naturaleza ayudar a resolver situaciones de cualquier tipo. Me gusta acompañar y darme cuenta de lo que el otro necesita musicalmente. Me encantaría formar parte de una banda con otra gente, para que no dependa todo de mí. Pero lo de mi propia banda es un poco inevitable, porque yo hago mi música para que suene exacto como yo quiero.

-¿Por esa predisposición a ayudar es que das clases también?
-Me gusta mucho dar clases pero a la vez me cansa porque a veces me sacan las ganas de tocar a mí. Estoy mucho tiempo escuchando la batería y me cuesta encontrar dos horas para tocar yo. Lo más lindo cuando enseño es que descubro quién es músico por naturaleza, el que entiende un código y vive en otra frecuencia.
Para ella, todo es música y no le preocupa no tener el reconocimiento que tal vez se merece por tantos años de carrera. A sus 46 años, nunca estanca su proceso creativo y el año que viene presentará Doble A, su tercer disco que representa su madurez tanto en la batería como en la composición y el canto, el instrumento más difícil: “Es que la voz es el lugar donde uno está desnudo pero dependo mucho de la necesidad de hablar”. Y Andrea Álvarez todavía tiene mucho que decir.

2 comentarios:

Agus dijo...

cuando me la nombraste, no la ubiqué, pero ahora que leo el nombre sí! creo que era amiga de mi tía, mirá lo que te digo! (puteame, sí, que quizás te podría haber ayudado a conseguirla más rápido)

hace cuánto que no te firmaba??? que te conste que te leía igual

besos!

Leonardo Ferri dijo...

Veo que conseguiste entrevistada... y muy buena por cierto

Linda nota, felicitaciones!