Casi tres de la tarde. Libertador y Udaondo, justo la esquinita. Un sol bastante picante para estas épocas. Una espera de fácil una hora, quizá un poco menos, no me acuerdo. Avanza, por fin avanza. Esos controles tediosos que te hacen abrir el bolso. Ese señor tan argento que a los gritos te dice lo que tenés que hacer. La gente como ganado, algunos más desesperados que otros por llegar al acceso del Monumental. El chico de Ticketek que te pasa el scanner por la entrada para corroborar que la compraste por su empresa y ya estás adentro. Belgrano Alta, sin numeración. Es alta, muy alta. Los desesperados parece que se hubieran preparado para subir las interminables escaleras a los saltos. Al final, estamos todos en la misma. Tanto salto. Se ve de coté, pero se ve bastante bien. Mi baja estatura no hubiera sido una ventaja en campo. Todo lo contrario. Sol. Calor. Espera. ¿Cocacolero? Pasa el de los helados, pero la banda tiene sed. Ahí viene. 5 pesos. Un robo, se sabe. Me saco las zapatillas porque me duelen los pies y tengo calor. La chica de adelante me escucha y hace lo mismo. Uno busca con qué entretenerse entre las charlas. Va llegando gente al baile. Incesante el hormigueo allá abajo. Espera. Peter Capusotto aparece en pantalla. Nos hace reír. Sí, ¿a quién no? Ya en las últimas apariciones no lo queremos ver más por muy gracioso que sea. Bien! son cerca de las 8 o un poco más, tampoco me acuerdo, y se apagan las luces del estadio. La gente grita: "Volveremo', volveremo'! Volveremos otra vez, volveremo' a ver a Soda como la primera vez". Un escalofrío me recorre la espalda. Juegos de seducción y ahí ya los veo a los tres en escena. Chiquitos, pero los veo. Qué más da. Si quiero ver cómo transpiran tengo que mirar alguna de las tres pantallas que tengo a la vista. Tele-k. Imágenes retro. Texturas. Hombre al agua. En la ciudad de la furia y tiembla el estadio. Picnic en el 4to B y el tema primaveral por excelencia, Zoom. Cuando pase el temblor, esa también la sabemos todos. Final caja negra. Trátame suavemente, porque está Daniel Melero entre los presentes. ¡Menos mal! Signos. Sobredosis de tv. Danza rota. Persiana americana, un clásico. Fue. En remolinos. Primavera cero. No existes. Sueles dejarme solo (nena nunca voy a ser un superhombre). (En) el séptimo día. Un millón de años luz. Noto al pelado que tengo cerca emocionadísimo. Agarrate: De música ligera. SE CAE RIVER. Las masas enloquecen, abajo, arriba, a los costados. Las voces se unen. Increíble. El pelado llora. Disco eterno. Cae el sol. Prófugos, si! Zona de promesas. Y todos comienzan a corear: nadaaa, oh oh oh, nada personal oh oh oh. Quieren, tienen. Nada personal. "Gracias", pero Zeta no suelta el bajo. "Zeta quiere seguir tocando", dice Cerati. Y las voces se unen una vez más "Zetaaa, Zetaaaaaa". Te hacen falta vitaminas y ahora sí. Aplausos, gritos, silbidos. Se prenden las luces. Deben ser como las 11 de la noche de un domingo memorable. Empieza el éxodo.
4 comentarios:
cuando salía me llamó la atención la lentitud...muy lento...en una calle anchisima como es Udaondo. Entre puteadas y mas puteadas vi la fucking luz de una camara. y toda la puta calle cortada por gente cantándole a la lucecita roja.
igual lo de capusotto estuvo barbaro! (escuchaste como lo puteaban a perón????)
Yo fui el viernes, salí muerto de ahí...
Estoy en el cielo...
Qué banda de la re con... de la lora...
Unos grossos
no existes es de mis canciones favoritas de soda, con persiana americana, entre otras
muy buena tu crónica, un p de fernández ;)
un beso sol!!
muy transparente la crònica. tanto que, a través de tus palabras, hasta sentí una porción de todo lo que viviste en el recital.. que, obviamente, no pude ir a ver.
Publicar un comentario